Debo reconocer que me quedé sorprendido cuando me ofrecieron probar los altavoces que aun poseo aquí, en mi sala de escucha. En realidad, pera ser honesto no tenía ni idea de qué era lo que iba a recibir en casa hasta que no vi las cajas en mi sala de escucha. Es decir que la sorpresa vino mucho antes de que la primera nota sonara a través de esta pareja de altavoces que, gentilmente, me prestaron para que pudiera escribir las líneas que siguen. Como digo, en ningún momento me dijeron de qué producto se trataba; sabía que me iban a prestar unos altavoces, pero poco más. En primer lugar, tuvieron la amabilidad y la diferencia de prestarme el modelo alto de gama de estantería del mismo fabricante, las Super 10A, para que me fuera empapando de la filosofía del fabricante, por un lado, y por el otro de las características no solo tímbricas, sino generales del altavoz, ya que comparten muchos elementos con los altavoces objeto de este artículo. Unas semanas después, el bravo “repartidor” reapareció nuevamente por mi casa con unas cajas sensiblemente más grandes que las primeras, dentro de las cuales estaban las Super 20A sobre las que, como ya he comentado, desarrollaré este artículo.
De esta manera, tengo delante, -porque todavía las tengo en casita-, unas cajas que si leyéramos sus características, podrían pasar relativamente desapercibidas como pasan tantas otra cajas, es decir: altavoz de 2 vías, puerto bass-reflex, (por cierto, con el puerto en la base del altavoz), impedancia nominal de 8 ohmios y una sensibilidad de 88db… la verdad es que hasta aquí nada realmente muy excitante que digamos. Luego ya podemos ver que según sus especificaciones técnicas, es capaz de bajar hasta los 30hz, lo cual no está nada mal, o que sus transductores están realizados por la ya conocida casa escandinava SEAS bajo especificaciones de Kudos, y ya estas cosas sí que dan un indicio de que el producto que tengo delante de mí no es cualquier cosa, detalles que además viene bien clarito especificados en las características técnicas del producto.
Estas Super 20A son básicamente una extensión de las 10A. De hecho, a grandes rasgos viene a ser la misma caja, solo que a éstas les ha crecido un pie, con todo lo que eso conlleva. Esto quiere decir que, de alguna manera y sin realmente saberlo, ya había saboreado las cualidades de las 20A habiendo tenido en casa las 10A. Lo primero que me llamó la atención y considero importante destacarlo, es que el altavoz solamente admite cables terminados en bananas, y fue lo primero porque mis cables de altavoz no están terminados en bananas, sino en spades, lo cual ya resultó ser un contratiempo. Digo un contratiempo y no un problema, ya que tengo la suerte de que a mis cables de altavoz puedo cambiarles la terminación, es decir que desenrosco los spades, y enrosco las bananas. ¡Menos mal, porque ya me estaba viéndolas negras buscando algún otro cable de altavoz muerto de la risa por casa para sustituirlos por unos cables que si estaban muertos de la risa por mi casa, ¡sería por algo! En este sentido, el potencial comprador de este altavoz tendrá que tener en cuenta este detalle.
Por otra parte, la otra cuestión que llamó la atención, y que en realidad es mucho más llamativa que la primera, es que estas cajas aceptan la conexión activa para los sistemas de Linn y Devialet. Como por desgracia estoy lejos de ser económicamente un Mahatma, no he tenido la oportunidad de probar estas cajas con dichos sistemas de amplificación, -o bien con otros; ya me gustaría-. Tampoco es que nunca me haya planteado comprarme alguno de ellos, pero habría resultado interesante ver cómo trabajan las cajas con alguna de estas opciones. Por lo demás, el altavoz está realmente bien logrado en general, los conectores son de primer nivel y se puede ver desde el primer vistazo que se trata de un producto realmente bien terminado.
La tercera observación la escribo aparte, y es que de esta manera puedo enlazar ya con las impresiones que he estado percibiendo desde el primer momento en el que no solo éstas, sino también las Super 10A han causado en mí desde que ambos modelos pisaron mi sala de audición. Y es que en primer lugar, no sé si será por el tamaño de mis altavoces, pero las Super 10A y especialmente las Super 20A me parecieron muy compactas, aunque esto es simplemente una percepción, y probablemente no muy parcial. No se hasta qué punto se podrá observar este hecho en las fotos que alimentan este artículo, pero estas Super 20A parecen unos llaveritos comparados con mis Pilastro. Mi sala no es especialmente grande, ni mucho menos, pero una vez colocadas y desde el primer momento en el que apreté el botón “play” de mi mando a distancia, aquello empezó a sonar…
Había leído varios comentarios positivos antes de que estas Super 20A llegaran a mí. La verdad es que no me gusta ver o escuchar comentarios ajenos antes de escucharlas por mi mismo; de hecho, creo que con este tipo de cosas, siempre conviene experimentarlas por uno mismo, pero por suerte o por desgracia, es inevitable que incluso buscando información sobre ellas, se lea acerca de opiniones ajenas que estos altavoces son capaces de proporcionar. Por supuesto, el carácter de los mismos podrá cambiar de una amplificación a otra, como puede ser el caso cuando eventualmente éstas se amplifican con el sistema de Devialet, por ejemplo, a cómo pueden sonar con un sistema como el mío.
El caso es que durante varias semanas he estado escuchando las cajas con todo tipo de música y, como es lógico, los días previos a la realización de este artículo, fui intensificando el ritmo, prestando más atención a cada pieza musical que sonaban a través de ellas. En todos los casos y en todas las grabaciones, ha salido a relucir unos medios realmente notables, materializados en una restitución de, sobre todo, voces humanas que en pocos momentos me dejaron indiferente. Por ser conciso en este sentido, no fueron pocas veces las ocasiones en las que levantaba la cabeza cual canto de sirena por cómo estos altavoces eran capaces de restituir dichas frecuencias. En este sentido, la capacidad de restitución de éstas es de primerísimo nivel. Por supuesto, con la electrónica que había detrás me aseguré que las cajas pudieran lucirse, aunque al final del día de eso se trata. Así y casi sin darme cuenta, devoré una vez más los temas de Paloma Berganza y Horacio Icasto de sus dos maravillosos discos, “Avec le Temps” y “Boulevard Latino”, con temas como “Les feuilles mortes”, “J’Oublie” y/o “Se Equivocaba la Paloma”, que rezumaban detalle, realidad, presencia, pero también un contrabajo con peso y un tweeter que saca muchísima información, aparte de un nivel tímbrico que ralla un nivel muy alto, con una escena que abarca, sobre todo en horizontal, la separación de un altavoz a otro.
Pasando a piezas sudamericanas, fui escuchando tanto temas del prestigioso guitarrista argentino Jorge Cardoso como temas de Malena Muyala, la exitosa intérprete uruguaya que empezaría su carrera versionando tangos de forma brillante, pero que con el tiempo ha sido diversificando su repertorio, -igual de brillante-. Sus discos suenan en general muy bien. En el tema “Paso Molino”, se podía distinguir perfectamente cómo se van moviendo las voces de Fernando Cabrero y la propia Malena a través del tema, del escenario y de la escena, a pesar de escuchar un ligero siseo en su voz y la misma algo nasal, debido probablemente a toda la información, como comentaba en las líneas anteriores, que es capaz de sacar esta caja en lo que respecta a las frecuencias altas. Pasé a Omara Portuondo en el tema “Mil Congojas”. Aquí las cajas demostraron que uno de los atributos que las caracteriza es la naturalidad, cosa que quedó patente, a través de la guitarra clásica que acompaña en este tema a la voz de Omara, (pero también en las composiciones del citado Cardoso). En este sentido pude comprobar la excelente capacidad de las Super 20A en relación al rango dinámico y las micro informaciones que el conjunto es capaz de sacar en cada uno de los temas que fueron exhibiéndose delante de mí, sin contar la restitución de la recreación ambiental. No solo en este tema de Omara, sino en “Pequenas Verdades” de Mariza y Concha Buika también quedaron afirmadas todas las impresiones que fui recogiendo tema tras tema, añadiendo a la escena una profundidad destacada.
Todas estas cualidades, como digo, iban repitiéndose a cada tema que sonaba, y “Natural Boy” de mi pianista favorita, Aziza Mustafa Zadeh dio también buena cuenta de todo ello: percusión y voz con buen peso, definición y tonalmente muy creíble. Decidí entonces cambiar de tercio y ver cómo se comportaban con “Stay With Me” de Sam Smith. Pues bien, aquí parecía que tenía una caja bastante mas grande de lo que es ésta físicamente. Una vez más: peso y presencia, coronados con esos medios que me han fascinado. Y por la noche, un tema tranquilito: “I Forgive You” de Rachel Ferrel, el cual se reprodujo con mucha suavidad, y donde la caja demostró que también puede uno disfrutar mucho con todo el torrente de detalles e informaciones que ésta parejita de Kudos es capaz de sacar, añadiendo otra virtud más, y es que es normal encontrar que los sistemas de altos vuelos, dejan en evidencia los temas menos favorecidos en cuanto a la calidad de sus grabaciones se refiere. Así, lo normal es que si tema no está bien grabado, éste quede en evidencia a medida que el sistema gana en perfección. Sin embargo, en este caso, a pesar de la capacidad, como ya he comentado, que tiene la caja de sacar toda la información que la electrónica les manda, éstas son bastante benévolas en este sentido, lo cual es algo realmente positivo y una noticia muy grata cuando contamos entre nuestra discoteca de este tipo de temas menos “agraciados”.
Finalmente, siguiendo con las audiciones de estas Kudos, no quería dejar pasar la ocasión y ponerme un poco de música clásica. Para ello estuve seleccionando algunas piezas y finalmente me puse el invierno de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi. Allegro non molto. Para mí lo más destacable, pero sobre, lo que resulta más sintomático es que cuando me quise dar cuenta, me había escuchado prácticamente el disco entero, cosa que para mi lo dice todo, ya que eso es precisamente lo que vamos buscando, -al menos yo-, cuando nos sentamos delante de aparatos que pretenden reproducir música y producir mediante la capacidad de disfrutar y emocionarnos. En este mismo sentido, este hecho resulta igualmente un plus para alguien que no solo no tiene grandes conocimientos sobre música clásica en el más estricto sentido, que además no suele sentarse a escucharla, a pesar de que siempre acabe disfrutando de ella.
He podido disfrutar durante algunas semanas de una caja que tiene muchísimas virtudes y muy poquitos defectos, una caja que suena a auténtico high-end a un precio bastante contenido para lo que estamos acostumbrados en este universo. Una caja que, por otra parte, se desenvolverá bien en salas pequeñas y no tan pequeñas y que, a pesar de que como es lógico agradecen una electrónica de calidad detrás, pueden dar buena cuenta de lo que son con electrónicas más modestas, quizá con la única limitación, (si es que esto puede ser una limitación), de su tamaño físico si lo que buscamos es una caja que nos de un sonido a “escala natural”, a pesar de que suene a caja más grande de lo que es.
No se me ocurren, de esta forma, excusas para que un potencial comprador pueda descartarlas por tener, bien una sala pequeña, bien una electrónica relativamente modesta. Por supuesto, opciones en el mercado hay muchas, pero me tomaré la libertad de darles mi máxima recomendación, como una opción destacable de compra para quien esté buscando, una caja con muchas ventajas y muy poquitas desventajas a un precio realista para la calidad que ofrecen.
Por las cualidades referidas Best HiFi las destaca con su Premio Calidad en la categoría de altavoces revisados en 2017.
ELECTRÓNICA ASOCIADA:
- Apple iMac 5K con Tidal Hifi & Master
- Interfaz digital Gustard U12
- Conversor D/A Ps Audio PerfectWave II
- Etapa de potencia estéreo Pass Labs X350.5
- Cableado Ps Audio
- Ps Audio Quintet Power Center con Ps Audio Noise Harvester
- Regenerador de CA Ps Audio Power Plant P300
Articulo escrito por Patricio Arrieta Martins